El dolor de la nueva ciudad

Vivo en Algarrobo hace dos años. Como muchos, soy migrante producto de la pandemia. En todo este tiempo no había vuelto a caminar por el centro de Santiago de noche. Ayer llegué al terminal y me fui caminando hasta Providencia. Eran las 22:00 horas.

Y me sorprendí. Fue ver una ciudad distinta a la que dejé hace dos años atrás. El bandejón central de la Alameda cubierta de carpas y algunas fogatas para hacer frente al frio. Los semáforos con varias personas pidiendo dinero. Mamás con niños sintiendo la inmensidad de la noche.

Llegue a casa con algo de angustia. Sentí una ciudad con mucho dolor. Me impactó ver las personas en situación de calle. Sobre todo las mamás con niños. ¿Qué sentirán? ¿Cómo es el tiempo de la calle para una mamá? ¿Cómo es el tiempo de la calle para un niño?

Hoy escribo estas líneas ya de vuelta en Algarrobo. Vuelvo a ver la ciudad desde la distancia. La televisión y redes sociales me muestran rabia e impotencia. Pero no logro ver el dolor que sentí al caminar por la Alameda.