Es fácil y común hablar bien del equipo de futbol que te gusta, del ídolo que admiras o de la organización de la cual formas parte. En mi caso, no soy un fanático del Barcelona, prefiero otros equipos europeos; creo que Marcelo era más talentoso que Iván; y no trabajo ni soy voluntario de Techo, sino que formo parte de otra ONG.
Entonces, ¿Por qué escribir del Barcelona, Zamorano y Techo para Chile? Escribo de ellos por las siguientes razones:
- Barcelona F.C. no tiene en su camiseta publicidad, sino que promociona organizaciones sin fines de lucro que realizan una acción social digna de admirar.
- Zamorano es quizás el embajador Chile en todo el mundo. He tenido la suerte de viajar por Europa y la frase que más escuché al momento de responder que vengo de un país llamado Chile fue: no conozco a Chile, pero si a Zamorano.
- Un Techo para Chile es una organización que nace en Chile pero que hoy está presente en muchos países de Latinoamérica y El Caribe, con planes de ampliarse incluso hasta África.
¿Qué tienen en común el Barcelona, Zamorano y Techo?
Mi hipótesis es la siguiente: estoy seguro que más pronto que tarde la camiseta del Barcelona tendrá en ella el logo de TECHO y cuando alguien viaje al extranjero y responda que viene de Chile, la persona oriunda de ese lugar dirá: Que bien Chile, conozco a Zamorano y a TECHO.
¿Cuál es mi crítica?
Cuando no somos parte directamente de una organización o simplemente de un sentimiento hacia una persona, preferimos ver siempre el vaso medio vacío y olvidamos valorar cuánto aporta esa institución o esa persona a nuestro país. Zamorano, el eterno capitán, es el representante de Chile en el mundo, pero para nosotros está más presente el escándalo con Kenita o su imagen en el Transantiago. Un Techo para Chile es la única institución chilena con reales opciones, aunque suene paradójico, de dejar de ser chilena y convertirse en una ONG del mundo. Una ONG al estilo Greenpeace o UNICEF que nadie sabe donde se fundaron, sino que están en el inconsciente colectivo de todo el mundo, ya que logran crear un trabajo que traspasa fronteras. Pero, en Chile, se suelen ver críticas y críticas a esta institución de personas que no forman parte ni admiran su trabajo. No hablo de no fiscalizar, sino de valorar lo creado en Chile, lo chileno y a los chilenos. Ver el vaso medio lleno.
Si algún día viajo a Europa nuevamente iré a ver a jugar al Barcelona, me emocionaré y le diré a todo el mundo que la institución que aparece en su camiseta es chilena.
Al igual que Zamorano