Ministerio de la Fraternidad

¿Qué debiera hacer, si existiese, un ministerio de la fraternidad? ¿Podrá algún gobierno llegar a implementarlo? ¿Cuál sería su propósito? Los seres humanos siempre hemos buscado alcanzar la fraternidad, pero siempre ha sido una tarea compleja. Convivir no es fácil, menos en un pasado marcado por hambre y enfermedades. Hoy, si bien hemos progresado, el desafío es tal vez más complejo.

Todos vivimos mejor en comparación a nuestra generación anterior, sin embargo, la desigualdad ha aumentado. Nunca antes en la historia la riqueza a nivel mundial estuvo concentrada en tan pocas manos. Y gracias a la tecnología y los robots es muy probable que muchas personas pierdan su trabajo en el futuro. Ya está ocurriendo, pero historiadores y filósofos concuerdan que esto está recién empezando.

Y si eso ocurre y muchas personas que dejan de ser necesarias para el sistema económico corren el riesgo de caer en la completa indiferencia. Y si no son necesarias en ningún lugar productivo ¿de qué vivirán?, ¿quién se preocuparán de ellas? El estado es la respuesta por inercia, pero ¿podrán todos los estados cumplir con ese papel? ¿Tendrán siempre los recursos?

Y si contaran con los recursos, ¿Qué harán esas personas si no son necesarias en ningún lugar? ¿Podrán alcanzar un bienestar emocional sólo a través del ocio, el arte y la filosofía? La respuesta no es tan obvia y tampoco la sabemos, nunca antes ha ocurrido algo así. Tal vez, por ello, se requiera en el futuro un Ministerio de la Fraternidad. Para hacerse cargo de aquellas personas. No se trata de acceso a vivienda o servicios, tampoco de educación y salud, ni mucho menos exclusivo a las personas de menores ingresos. La inteligencia artificial puede dejar obsoletos en un par de años a los más prestigiosos médicos y abogados tal cual como pronto quedarán sin trabajo los árbitros y guarda líneas del fútbol producto del VAR.