Si eres de aquellos que está indeciso entre postular a alguno de estos programas te puedo contar mi experiencia. Tengo 30 y hace 4 años estaba igual que tu, lleno de ideales en mi cabeza y con ganas de una nueva experiencia en mi vida. Cambio de ciclos. Yo opté por Servicio País, no fue una decisión fácil, pero los amigos que me ha puesto la vida y que escogieron las otras opciones me llevan a la conclusión que da lo mismo cuál camino tomes, lo importante es atreverte a elegir uno. Aquí te presento las principales características -desde mi imparcial perspectiva- sobre cada programa:
Servicio País: Un año que puede cambiar toda tu vida dice el histórico slogan. Y valla que es cierto. Te mandan a un pueblito chico, a veces muy chico, a veces excesivamente chico, pero otras no tanto. Eso es azar, no lo puedes decidir, tienes que estar consciente de aquello. Te puede tocar San Pedro de Atacama, Puerto Cisnes o Alto Hospicio. Muchos terminan quedándose a vivir por siempre o al menos varios años de su juventud.
Nunca vas solo, nunca. Son 300 cabros al año repartidos en equipos regionales de aproximadamente 20 personas cada uno de los cuales divididos en equipos comunales de en promedio 3. Muchos encuentran el amor. Amor País. El perfil es transversal, postulan (y seleccionan) chiquillos que estudiaron desde el IP Los Leones hasta la Adolfo Ibáñez, aunque estos últimos somos los menos. Entre los Servicio País nos llamamos compañeros.
Es una experiencia de vida, no esperes cambiar el mundo en un año porque no lo harás. Probablemente no apliques nada de las innumerables cosas que aprendiste en la universidad, nada. Pero si desarrollarás tu sentido común. Escuchar, sentir, compartir. Como no hay mucho que hacer aprendes a sentir la vida desde las simples cosas. Una buena conversa con una señora de campo termina siendo más emocionante que la mejor película del cine. Para ti y para ella. Esa es tu pega. Y ese es tu pago. Lo otro son 450 lucas mensuales aproximadamente para que no pases hambre ni frio y te alcance para pagar algo del crédito.
Enseña Chile: Dos años siendo profe en alguna capital regional o en algunos casos también en pueblitos chicos. Si tienes suerte a veces coinciden en el mismo lugar con los Servicio País. A mí me tocó y lo pasamos muy bien. Es una pega intensa, muy intensa, donde si logras hacerla bien terminas más empoderado que Claudio Bravo después de tapar los tres penales ante Portugal. Probablemente te sientas mucho más útil que un Servicio País, el trabajo de un profesor tiene un aporte directo en todo niño. Puedes marcar y ayudar la vida de muchos.
Como el centro está en lo profesional te puede tocar solo o acompañado, lo importante es que hagas bien la pega. Su publicidad te invita a que te sientas un súper héroe que viene a cambiar vidas. En algunos casos lo logra. Entre ellos se llaman “Los Pech” (de las siglas Profesional Enseña Chile). Es un ambiente menos diverso que Servicio País. La mayoría estudiaron en la Católica, la Chile (ingeniería comercial) o alguna de las universidades cota mil. Te pagan como profe, 500 lucas promedio dependiendo de las horas.
América Solidaria: Es una terapia de shock. Un año viviendo en algunos de los países con más pobreza de Latinoamérica que te hace darte cuenta sin anestesia de la mierda de mundo en la cual estamos viviendo y de la cual todos somos responsables. Y de pasada valorar lo bien que se vive en este país donde, a diferencia de otras naciones, hay plata. Mal repartida, pero hay. Es un ambiente mucho más hippie. Tampoco nunca vas solo, siempre en comunidad como buenos hippies. No hay pago en billetes, eres voluntario. Te pasan casa y comida, pero por sobre todo, compañía. Es vivir fuera del sistema neoliberal por primera vez en tu vida. Debe ser traumático para algunos, sanador para otros. Te puede tocar países como Haití, Guatemala o Perú. El perfil de quienes postulan es transversal al igual que Servicio País. Muchos de la Alberto Hurtado.
Ojo, hay muchas otras fundaciones que tienen programas similares, pero para mí estos tres son los mejores si es que quieres irte a la chucha un año para aprender a amar la vida como dice el bolero de Chavela Vargas. Cualquiera de los tres. En futuras columnas vamos a ir repasando otros.